jueves, 8 de agosto de 2013

LA IMPORTANCIA DEL DISCURSO: ¿ES DIFÍCIL REALIZAR Y EXPONER TU DISCURSO?
Por: Blanca Biridiana Pérez Rentería
Maestría: Relaciones Públicas y Publicidad
Universidad Autónoma de Durango Campus Zacatecas
Primer Semestre
Grupo "A"
08-AGOSTO-2013
2a Publicación.


Iniciarlo es difícil, desde el momento en que no se ha elegido el tema o el propósito de la exposición. Antes que nada debes definir el tema a desarrollar, investigarlo, analizarlo y finalmente comprenderlo; tener un mayor dominio sobre el tema nos ayudará a evitar problemas al momento de exponerlo. La investigación debe ser amplia y abarcar cualquier tema que tenga relación con lo que se expondrá en el discurso, esto nos ayudara a tener  un mayor dominio del público y de la investigación si se presentaran dudas en el auditorio, lo importante es ir bien preparado.
  Existen dos momentos culminantes en la exposición de un discurso: el inicio y el final.
Al iniciar se debe de exponer claramente el tema y el seguimiento del mismo. Captar la atención del público, ya sea iniciando con una frase celebré, una pregunta  o bien algo más original como una actuación para mantenerlos atentos a nuestras palabras, siempre y cuando tenga relación con el tema; esto generará relajación, confianza y atención.
Uno de los mayores errores al finalizar un discurso es hacerlo de tajo o avisándole al público que ya viene el final, esto provoca inquietud y desinterés por parte de la audiencia; lo ideal es no avecinar el desenlace y concluir con una frase celebré, una pregunta de reflexión o utilizar el mismo método del inicio.
  Es normal el nerviosismo al momento de exponer un discurso, sobre todo si es la primera vez. La importancia radica en mantenernos relajados haciendo respiraciones cortas y profundas antes de comenzar el discurso, ensayar anteriormente nuestras palabras frente a otra persona o hacia el espejo y sobre todo, al momento de comenzar a hablar hacerlo de manera pausada para evitar trabas y perder el ritmo de la respiración, lo anterior para mantenernos tranquilos antes y durante el discurso.
  Tratar de no extender demasiado la ponencia para evitar aburrir a la audiencia y perder su atención; durante el discurso es esencial hacer uso adecuado del espacio, no mantenerse en un solo lugar o mantener la mirada en una sola persona, sino establecer varios puntos de atención y visión para mantener atento al auditorio. El movimiento de los brazos y manos debe ser ligero y no en demasía, el poner tus manos en los bolsillos refleja nerviosismo y bloqueo, de vez en cuando hacer algunos movimientos para mantener la atención.
  El tono de voz es otra herramienta a nuestro favor, se debe manejar un tono medio, el adecuado para que todo nuestro público escuche sin llegar a los gritos, es indispensable durante el discurso hacer énfasis en palabras clave de nuestro tema y en las partes de clímax de nuestro discurso, método que nos ayudara a mantener en expectativa al público. Los ejercicios de vocalización antes del discurso ayudarán a la mejor pronunciación y evitar problemas de dicción. Seguir el discurso con puras palabras puede llegar a ser tedioso, el uso de imágenes y videos de apoyo serán de gran ayuda para amenizar y relajar al público.
  Sonreír durante la ponencia ayuda a establecer empatía, no olvidemos este punto importante; que al presentarnos frente al público seremos el punto de atención, y no solamente estamos representando a alguna institución, sino que estamos formándole una imagen a la audiencia sobre nosotros, somos nuestra propia carta de representación. Exponemos nuestras ideas y sobre todo, planteamos nuestras opiniones y juicios al público; el discurso además de ser una ponencia, es la manera más fácil de representarnos tanto física, verbal y mentalmente, y al mismo tiempo tratar de persuadir al público de nuestras ideas.


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